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Las cosas de W&CC así como de ALMAYARA.

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jueves, julio 22, 2010

Wladi Balboa y los huevos de Rocky




Como tengo televisor, tiempo libre y mando a distancia practico la zapa; la zapa electromagnética. Cavo en las ondas y consigo cambiar la programación del televisor con la vana esperanza de encontrar algo interesante (como si todavía creyera en los Reyes Magos).

Fruto de ello caigo en la emisión de Rocky. El boxeador se desayuna seis huevos crudos del tirón; se los bebe de seis tragos. Confieso que tuve en el personaje del insulso actor cierta inspiración. Era el siglo pasado.

Pese a todo decido desayunar, una vez más, emulando a Rocky Balboa, un litro de vinagre de Módena… del tirón. Meneo la cabeza convulsivamente mientras hago chiribitas con los ojos. Ahora estoy en condiciones de escribir como se espera de mí. Allá voy dioses del Olimp-ollywood. Suene el himno “the eye of the tiger” y denme la pluma con la que saltar a la comba; el bolígrafo con los que hacer flexiones con un solo brazo.

Primer trago; primer huevo crudo.-

Releo un pasaje subrayado de Guerra y Paz: “Me hicieron, por la guerra y por la paz, tantos reproches… Pero todo llegó a su hora… Todo llega cuando tiene que llegar para quien sabe esperar…”.

Me hallo en plena espera. No por vocación, pues suelo salir al encuentro, más por carácter inquieto que por valentía.

Una vez tienes que esperar cabe el resquicio para la desesperación (la no espera). Cuidado. Si ya estás en la senda de la espera y la pretendes abandonar… ¡estás desesperado!

Segundo trago; segundo huevo crudo.-

En ‘La elegancia del erizo’ Muriel Barbery escribe: “Los que saben hacer las cosas, las hacen; los que no saben, enseñan a hacerlas; los que no saben enseñar, enseñan a los que enseñan; y, los que no saben enseñar a los que enseñan, se meten en política”.

Creo que estoy a un paso de la política. Tendré que beber más vinagre y algo de anestesia para que la lengua vaya por libre sin sentirla como mía. Que diga lo apropiado, que diga lo que quieran oír y no lo que quiera decir.

Lo malo es que son tantos los que han pasado por esa sabia cadena de no saber de la escritora marroquí. Habrá hueco para este inepto entre tanto sabio del no-saber.

Tercer trago; tercer huevo crudo.-

Ando perfilando mi ponencia. ‘Lengua, Literatura y yudo. La Palabra’ la he titulado. Me estoy quedando con la lengua narcotizada… me falta la palabra. Habrá que volver al yudo, ese camino jamás abandonado de ceder para vencer. De momento, nos va saliendo de puta madre lo de ceder. Ya veremos cuando vencemos. Quizás en mi tumba figure como epitafio: ‘Cedió, cedió y cedió. Aquí yace un vencedor que nada ganó. Ese fue su gran triunfo’.

Cuarto trago; cuarto huevo crudo.-

“La belleza, al juventud y el encanto se desvanecen apenas aparecen. En la temprana bruma de la primavera podemos observar El puente de otoño”.

Aki-No-Hashi, 1311.

Yo ya he pasado el puente. Para ver el encanto tengo que volver la vista atrás. Pero no me veo. ¿Habré perdido vista? Sólo alcanzo a ver a mis alumnos, a mis hijos… mis recuerdos. He dejado atrás la bruma de la primavera. Veo con claridad hacia delante, veo el muro negro; de un negro reluciente. Si giro a mi espalda veo con dificultad, todo es neblina, tamizando la luz que dejo atrás.

Quinto trago; quinto huevo crudo.-

El primer chambelán dijo:

- Últimamente ha habido discusiones acerca de si la virtud es innata o adquirida. ¿Cuál es su opinión, señoría?

El señor Takanori dijo:

- Que es absurdo.

El chambelán dijo:

- Si la virtud es innata, el entrenamiento no nos sirve de nada. Si es adquirida, un marginado puede convertirse en el igual de un samurai.

El señor Takanori dijo:

- La mierda virtuosa. La mierda no virtuosa.

El chambelán se inclinó respetuosamente y se retiró”.

Suzume-No-Kumo, 1817

Me encanta la mierda de respuesta del señor Takanori al que habría que llevar de copas por Huertas o por la calle La Cruz. Si nos mete en Chueca acabamos sin Takanori; se lo rifarían. Sabia es la mierda; mierda es la sabia.

¿Será un cuento chino?

Sexto trago; sexto huevo duro.-

¡Me importa un huevo! Sí, sí… Me importa un huevo. A fin de cuentas si ya me he tragado los otros cinco huevos… me importa un huevo, uno más. Tragarme este último huevo por más que huela a huevo podrido, no me supone más sacrificio que el de seguir, continuar… Lo haré por más que esté a punto de arrojar la mezcolanza de claras y yemas envueltas con algo de mi bilis, que llevo ya tragados. Soy Rocky Martín; soy Wladi Balboa… el que se desayuna con vinagre cada mañana.

The End.

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editado por...Wladi Martín @ jueves, julio 22, 2010
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jueves, julio 15, 2010

Seguimos en la lucha

Me pidieron que no me rindiera. Me explicaron que si yo lo hacía todos se rendirían detrás de mí. Lo hicieron en público y yo adquirí ese compromiso como el que quema su piel con el hierro rojo, recién sacado de la llama.

Ha pasado poco tiempo de aquello y, sin embargo, he envejecido en apenas unas semanas lo que cualquier persona en varios años. Tampoco estoy seguro, a estas alturas, de que me sigan esos cien soldados. Quizás la mitad hayan arrojado su armadura, su espada y su ferocidad combativa para desertar; para acudir a campos menos hostiles donde olvidar nuestra batalla; nuestros ideales.

Un día, luce la genialidad de mi espíritu ricamente dotado por los dioses con el adorno de la imaginación. Avanzo unos metros con finta elegante; con un ‘taisabaki’ que decimos los yudocas. Dejo pasar la fuerza del ataque enemigo para aprovechar su propia fuerza y asestarle duro golpe. Tarda en comprender lo que ha pasado, pero apenas he hecho daño; apenas he hecho mella en la espesa coraza de acero que cubre a este encarnizado enemigo al que me enfrento a calzón quitado. Mi piel desnuda choca con la armadura del ingenio mecánico al que me enfrento, al que jamás venceré por carecer de alma, de sentimiento. Es la lucha del héroe desnudo contra el leviatán mecánico; contra la máquina, que ni piensa ni padece. Estoy condenado de antemano y, sin embargo he sido marcado por el hierro candente y no tengo opción a dar un paso atrás.

Corro el riesgo de abatir al dragón, beberme su sangre y adquirir su poder para, así, recién vencida la bestia, convertirme en el monstruo que acabo de derribar para pasar a ocupar, yo mismo, su lugar. Malditos sean los dioses que despertaron, por envidia, ante nuestros éxitos. Los creímos inocentes y, en cambio, esos éxitos enfurecieron a los dioses. Molestos con el irrumpir de su sueño pusieron en marcha artefactos bélicos desconocidos antes, máquinas descomunales capaces de fagocitar a toda una población o localidad. Una vez digerido el ejército, cada uno de los arqueros, de los arietes y legionarios, pasa a ser pieza de la brutal máquina. Se acabó el pensar, huelga el soñar… sólo dormir. Dormir y callar; y también trabajar (como una pieza en su lugar del equipo) hasta reventar o… hasta la eternidad.

Seguimos en la lucha (qué otra cosa queda)

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editado por...Wladi Martín @ jueves, julio 15, 2010
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martes, julio 06, 2010

"Nadie es profeta en su tierra"

Los profesores Cristina Carbonell, Rodolfo Cruz y Wladimiro Martín reciben premio a su labor de manos de Esperanza Aguirre

Se dice que no hay quien conozca mejor la Biblia que un ateo. No tengo ni idea si es así, pero me gusta, de vez en cuando echar un vistazo al gran libro, que por cierto no he leído en su totalidad (y muy poco parcialmente). Pero sí es cierto que me gusta acudir a él a buscar frases y le doy mis interpretaciones (para eso soy ateo) y no me conformo con las que me dieron en mi infancia de rancia educación apostólica y romana y todo eso.

Ayer, lo pase en grande en un acto que organizaron en Getafe mis amigas de Mujeres para la Igualdad. Llevan diez años en su pelea y cuando nacieron se llamaban Mujeres para la Democracia. Entonces contaron con una madrina de lujo, Esperanza Aguirre, que por entonces no presidía la Comunidad Autonóma, cosa que hace ahora.

Fui, con mi compañera Cristina Carbonell pionero en la puesta en marcha de talleres para colaborar por y con la mujer. En concreto propuse talleres de defensa personal femenina y nos cabe el honor de haber sido los primeros. También acabó echando una mano nuestro amigo, el profesor, Rodolfo Cruz, también invitado al acto de ayer.


En reconocimiento a la labor de los voluntarios (nunca fuimos remunerados por nuestro trabajo ni lo pedimos) ayer se nos dio un público reconocimiento. Qué curiosa paradoja... en los tiempos que vivimos (digo; en los tiempos que vivo)


Esta mañana me he acordado de aquello que se puede leer en el Evangelio según San Marcos (versión Wladi 6,1-6)

En aquel tiempo, Wladi fue a su doyo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar sobre el tatami, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder (con lo viejo y gordo que está)? ¿Qué no es éste el fotógrafo, el hijo de María (del Pilar), el hermano de Thais, Lydia y Ainhoa? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?" Y estaban desconcertados. Pero Wladi dijo: "Todos reconocen a un honrado profesor, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles sus consejos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

Perdón por la irreverencia y que Dios me perdone, que mis amigos los mortales no lo harán. Al menos que sonrían... ¡por Dios!

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editado por...Wladi Martín @ martes, julio 06, 2010
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