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domingo, septiembre 01, 2013

Recién retornado de la playa



 Mis lecturas de verano y algo más


Urbanización en Islantilla. Atractivo enjambre de viviendas



Recién retornado de un breve espacio temporal de vacaciones en la costa me vuelvo a asomar a este WLADIARIO tan últimamente en abandono. A punto de acabar el tiempo estival y a la edad que ya me encuentro no sé si en mi reflexión cabe mejor “un verano más” o “un verano menos”.

Tampoco es que tenga tanta importancia el más o el menos. Me quedo con el presente en que me hayo, henchido de buenos recuerdos y cargado de energía, positiva, que se suele añadir.

Vista desde el barco que cruza a la Isla de Tavira

He recuperado placeres impagables como el de dejar flotar el peso de mi cuerpo en el mar. He caminado a la brisa marítima viendo amanecer y atardecer. He conocido bellos parajes que no antes hubiera sospechado existían; unos en la España de mis dolores y otros en la vecina y amiga Portugal, de gentes amables y bacalao por doquier.

Parada en la bellísima Trujillo

Con estos seis días de asueto y holganza me hallo inmerso en lo que pronto volverá a ser rutina con ganas de cambiarlo todo… ¿para que luego no cambie nada, como diría Lampedusa?

Otro de los placeres a los que me he entregado ha sido el de la lectura. Me sigue apasionando lo que juntando unas letras con otras se puede llegar a hacer. Desde el principio del verano han sido varios y muy diferentes los libros que me han acompañado como buenos amigos; los más de ellos novelas. La pelea con la vista empieza a ser algo más que una simple incomodidad, pero aún queda mucho por leer y medios para hacerlo. También hay lucha de la memoria por recordar nítidamente los pasajes, las historias y los personajes que durante un tiempo acompañan incitando a la imaginación a trabajar con deleite. Pese a todo el placer sigue existiendo, paladeando las frases y entrando en los misterios de las historias. 

Uno de esos despropósito medioambientales que señalan los ecologistas: campo de golf en Huelva

Si mal no recuerdo me entusiasmo HHhH, de Laurent Binet, si bien me acerqué a la novela con sigilo y precaución por el tema que trata. Pero me agradó notablemente el modo en que está escrito, contando, a la vez que la historia, la forma en que se va escribiendo por parte del autor. Muy recomendable.

Tras la novela de los paracaidistas que atentaron contra la vida del nazi Heydrich llegaron Fernando Mogena. El espíritu del samurai, El tango de la guardia vieja y El hombre sonriente, cuarta entrega de la serie del inspector Wallander creado por el sueco Henning Mankell. Fueron mis lecturas del mes de julio y confieso que de entre ellos me complació mucho esa nueva obra de Pérez Reverte, maestro y admirado literato español. Muy recomendable su lectura también.

En el recién finalizado agosto tuve la suerte de tropezarme con algunas lecturas diversas, siempre rebuscando en mi cercana biblioteca, que alcanzo dando un paseo desde mi casa. Qué placer en estos calurosos meses de verano leer en silencio y fresquito, dada la ausencia de bulliciosos estudiantes, que sólo a finales del mes acudieron a preparar sus exámenes de este mes en que acabamos de entrar.

Los libros que pude leer el pasado mes fueron un tratado novelado sobre lo que ahora llaman coaching, más dos novelas sabrosas de muy diferente índole. El libro sobre el coaching me lo acabé por no dejar inconclusa la tarea que acometí al empezar a hojearlo. Al principio me pareció interesante ese Viaje hacia el talento de Roberto Luna Arocas pero confieso que fue trabajoso llegar hasta la última página. No obstante, siempre queda algo.

Tres lecturas del mes de agosto


Pero las dos últimas novelas que acabo de leer sí que me parecen muy buenas y proveedoras de buenos momentos a cualquier tipo de lector. Desgracia  del Nobel J.M. Coetzee, a quien llevaba tiempo con ganas de meter el diente, es de muy fácil lectura y de entretenido seguimiento. Por otra parte, personalmente m gustó adentrarme en una historia que transcurre en un país en el que discurrió mi temprana infancia: Sudáfrica.

Recién llegado de la playa me he acabado el maravilloso e infortunado viaje de Jun de Olid narrado con soberbia maestría por Juan Eslava Galán en su obra En busca del unicornio. Le valió el Planeta de 1987 y su salto a la palestra entre los grandes narradores contemporáneos en lengua hispana. Una verdadera maravilla plena de humor e ingenio.

No sólo de lectura vive el hombre.

La lengua de arena de La Antilla. ¿Cómo habrá llegado ese extrño pez a la orilla?

En estos recientes días vividos a orillas del mar Atlántico hubo ocasión de acudir al bar que lindaba con la urbanización en que pernoctábamos. Siempre bien atendidos por el argentino Christian y su mujer andaluza Mari, nos decidimos a presenciar el partido que enfrentaba al Atlético de Madrid con el Barcelona en disputa de una que llaman supercopa. Me encantó el ambiente de andaluces divididos en gritos de ánimos, unos hacia el equipo de Madrid (que no de madrileños) y otros hacia el catalán (que tampoco de catalanes, aunque algunos representantes hubiera en él). Fue divertido pese a lo mucho que me sigue pareciendo el fútbol televisado en líneas generales.

Otro de los recuerdos que me traigo es más familiar. He podido compartir mucho tiempo con mis dos sobrinos Bastián, de cuatro años, y Dalila, de seis. Es como volver a sentirse joven, sin dejar de reparar en lo mucho que uno acusa el paso de los años y lo rápido que van haciendo su trabajo en mirando hacia atrás en los recuerdos. También ha sido constatable que tres hermanos, en mi caso un servidor y sus dos hermanas, hayan pasado juntos un tiempo de veraneo de esta guisa, desde que dejaron de ser tutelados por sus comunes progenitores. Toda una experiencia y no diré más.

De todo este relato escojo el sentimiento de pereza que me ha embargado al despertarme de nuevo en casa teniendo por delante y próximo el compromiso de volver al encuentro de tareas y deberes habituales. Se adereza la sensación con unas ganas de realizar muchas cosas –nuevas- que espero se me pasen pronto, pues sólo pensar en ello me avienta pasadas fatigas que no me encuentro con ánimo de enfrentar en estos momentos. En todo caso, ya he recuperado esto de escribir en el WLADIARIO por si colma, al menos en parte, esos buenos propósitos con los que llegué del viaje. Por cierto, muy recomendable toda esa zona de La Antilla (Lepe) y los aledaños camino de Portugal y ya en tierras lusas. ¡La cerveza baratísima!

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editado por...Wladi Martín @ domingo, septiembre 01, 2013
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