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Las cosas de W&CC así como de ALMAYARA.

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viernes, julio 06, 2018

Prometo.


"La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros". Lo dejó escrito Sócrates hace unos 2.500 años.



Es cómo es y parece que también es como fue. Más nos valdría aceptarlo.

Dice un tío mío, sabio, que los mayores problemas están en la competición y el ego. O sea, lo mismo. Pero el otro día conversando con unos maravillosos padres de un no menos maravilloso adolescente les dije que lo malo es no ser competitivo a los 15 años. Ya llegará el descubrimiento de lo pernicioso de la competición (del ego también), cuando saquemos a aflorar ese sentimiento de superar barreras que tanto propicia la competición.

Me acuerdo ahora de que muchos de mis alumnos salen soldados, policías, agentes de seguridad… Algo de este pacifista y antimilitarista les empuja a tales vocaciones. O podía decir que a pesar de mí salen esas vocaciones. No sé.

El caso es que al final llegas a la reflexión sobre la disciplina. Y yo siempre he penado que la verdadera disciplina emana de dentro de uno mismo y no de una orden o de una corneta. Disciplinado es que lo hace porque cree que debe de hacerlo. Claro que eso de hacer lo que uno cree… es peligroso. Se queda uno muy sólo.

Si Sócrates, que es con quien empezábamos, ya vertía una acerada crítica hacia los jóvenes qué va a decir un humilde profesor de yudo de pueblo. Poco.

Lo que sí me gustaría, para aplacar mi tradición judeocristiana culpabilizante, es aclarar que tengo que mejorar. Tengo que aceptar que algo de envidia hay, por mi parte, hacia esa juventud que me recuerda la que ya perdí. He perdido cualidades y las que he ganado son despreciables para los jóvenes y hasta para sus jóvenes familiares e incluso entrenadores. Algo de inquina existe hacia la prepotencia que uno ya perdió, la seguridad que jamás llegó uno a tener y que atesoran hoy día a raudales esos jóvenes que conozco y que son parte de la juventud a que me estoy refiriendo.

Se asoma una cara joven con gafas de sol a cubierto y no da ni las buenas tardes. Luego te dice que si pides respeto debes de mostrar respeto.

Te habla, cada vez que te diriges a ella, masticando chicle ostensiblemente. Luego te dice que si pides respeto debes de mostrar respeto.

Te vienen a pedir explicaciones con la gorra calada hasta las cejas. También a cubierto. Das las explicaciones… que no alcanzan a sus entendederas –¿a qué venia?- y sigues siendo tú el que faltas al respeto.



Prometo ser más respetuoso en adelante. Para empezar prometo no juzgar más que a mí mismo; Intentaré superarme y, por supuesto, que todo el mundo se entere; es decir, prometo intervenir banalmente en los grupos de WhatsApp en que vaya usted a saber por qué estoy. De vez en cuando pondré algún comentario en Facebok con “HABER” qué tal le va a la peña. También me endeudaré para comprarme un coche molón aunque tenga claro que hay mucho y más importante en que gastarme el dinero. Prometo no emocionarme nunca más cuando vea viejas películas de Chaplin. No volveré a decir lo que pienso hasta cerciorarme de que coincide con el que me oye. En todo caso, no lo dejaré por escrito no vaya a ser que tenga que matizar mis palabras frente a otros. Rectificaré hasta el polo contrario no vaya a ser que pierda algún coleguita de esos que llamamos amiguetes. Mostraré en mis redes lo bien que me lo paso aunque esté criando un cáncer como la joroba de un dromedario de tanto fumar (a veces de rodillas) y se me olvide ver de vez en cuando, a los que de verdad me importan (pero no atiendo lo debido)… ¡Qué mas dá!... viva el facebook

Prometo no ser tan meticuloso (todo lo quiero saber) e interesarme más por el fútbol (por T.V.), los toros (por T.V.), las series (por T.V.), los debates (por T.V.) a ver si me voy embruteciendo un poquito más cada vez y dejo de ser tan remarisabdillo. Total “pa” qué. Voy a dejar de leer, que no vale para nada, y aún iré menos a museos  o conciertos (todo lo más de pop).

Aspiro a que me empiecen a gustar las playas concurridas; he pensado en Benidorm. También quiero vestir de otra forma. Ya no me voy a conformar y voy a estar muy pendiente. Hablando de imagen he pensado en depilarme; no sólo los ridículos mostachos que me salen sino también los pelos de los brazos, de las piernas y hasta hacerme los filetes. Podemos dejar los de los cascarones.



En el autobús o el metro (también en el Cercanías) me haré el dormido si voy sentado para no dejar mi asiento a los muchos ancianos que van en pie.

Algunas veces diré buenas tardes o buenos días, como hasta ahora con vos audible, y otras no… según me pille. Eso sí; lo negaré. Quiero decir que siempre diré haber saludado.

Voy a hacer de la mentira parte de mi ser. No sólo me voy a acostumbrar a lanzarla sino que toda mi vida habrá de ser una gran mentira. Que no se sepa lo que pienso. Estos van a ser mis principios pero si a alguien no le gustan tendré otros. Gracias Groucho.

Los míos seguirán siendo los míos pero ensalzaré hasta sus nimiedades, en lugar como hasta ahora de exigirles para que se sigan superando.

Prometo dejar de escuchar. En cualquier conversación, cuando me hablen, en lugar de escuchar, empezaré a desarrollar esa habilidad de pensar en lo que voy a decir a continuación cuando me están hablando. Además, jamás volveré a mirar a los ojos a nadie; tranquilos.



Como parece que hasta aquí falta otra promesa como es la de no ser irónico, que también alguien ha llegado a echarme en cara, prometo que no estoy siéndolo. Estáis asistiendo a una autolobotomía cerebral voluntaria. Tan sólo cerveza y embrutecerse… Como decía mi tío: el buen vino sabe a cloaca. Hasta al paladar voy a darle un repaso (si es preciso con estropajo nanas de níquel) a ver si me chiflan las hamburguesas (y sólo de Burger King o McDonalds). Me gustaría hacerme un entendido y distinguirlas hasta el punto de poder mantener una larga conversación explicando esas diferencias y por qué unas son mejores que las otras.

Me esforzaré por opinar lo mismo que los demás; ye todo el mundo lo sepa. Es más, nunca pensaré (o al menos manifestaré) lejos de los demás. “Así es si así les parece” venía a decir Pirandello

Si en estos momentos no caigo en más cosas e interesa a mis objetivos revisaré todo para incluir lo que ahora olvido. Queda claro que mi propósito es la languidez, el desmayo; nada de imposiciones ni de coherencias. Prometo ir incorporando cuanto me sea útil para no albergar discusiones, ni pisar callos, y menos de los mindundis –los callos- que se creen mejor que los demás y que –ya estoy empezando- lo son mejor que yo de aquí a Goya, pasando por Puerta de Toledo, con trasbordo en Opera, que decían en mi barrio.

¡Bendita juventud, benditos todos!


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editado por...Wladi Martín @ viernes, julio 06, 2018
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