wladiario

Las cosas de W&CC así como de ALMAYARA.

contador de visitas

martes, julio 28, 2020

La mano en el árbol

Pasaba muchas horas con mi madre y poco tiempo con mi padre, que tenía que salir a buscar el condumio de su familia. Así estaban las cosas antes.

Recuerdo una vez que comulgué, sin confesar antes, (en qué estaría yo pensando). Le acabé diciendo a mi madre mi pecado y se escandalizó la mujer. Me cogió de la mano y fuimos a la Iglesia a subsanar mi falta. Ahora estoy mucho mejor. Desde entonces, eso sí, no he vuelto a confesarme… ¡ni a comulgar! En cambio, hostias, me he llevado unas cuantas.

La religión, la católica, estaba muy presente en la sociedad de mi infancia. Eso de sentirse culpable estaba de moda y las más de las veces tenía su motivo; era para sentirse culpable, vamos.

Recuerdo al niño aquel que metió la mano en un hueco de un árbol. No sabía cuál había sido el motivo, en un principio (ahora lo sé). Pero, el caso es que la mano entró limpiamente y, en cambio, no podía salir. Cada vez más niños nos concentramos en la zona. Alguno de sus amigos incluso tiraron del brazo hasta que avisaron a su madre para que acudiera al lugar. Su padre, como el mío, estaba trabajando; los padres siempre trabajaban. También la madre tiró del brazo. Nada. Por alguna extraña razón el puño se había atorado. Imposible que saliera de aquella oquedad.

Pasaron las horas y alguien propuso avisar a los bomberos. Al rato éstos acudieron solícitos con amplia dispersión de medios.

Con precauciones y comentarios de todo tipo, por parte de los presentes, procedieron a serrar el arbolito zampa-manos. Al cabo de un rato el niño sacó el brazo pero permanecía con el puño fuertemente cerrado. A indicaciones de un bombero se mostró reticente a abrir la mano. Era extraño y algunos apuntaban a que no podía. Finalmente el zagal cedió y abrió el puño mostrando la palma de la mano. En ella, estaba la explicación a que no pudiera sacar la misma de aquel agujero. Había una hermosa nuez que el chico se negaba a soltar. Esa era la razón de no poder sacar el puño del agujero.

No volví a ver a aquel muchacho. Ojalá que nunca haya soltado un sueño, una vez atrapado, como cuando atrapó aquella nuez.

En mi infancia muchas cosas ayudaron a forjar mi espíritu; o dicho con menos petulancia, a ser quien he llegado a ser. En el colegio aprendí mucho aunque poco de los libros.

Mis padres empezaron a organizarse y ganaban bastante dinero. A mis hermanas las llevaron a un colegio de pago al que acabaron llevándome a mi, a pesar de mi resistencia inicial. Yo estaba bien en el del barrio y acabé yendo a uno con niños cursis que me correspondía poco por mis orígenes. Me costó mucho adaptarme. Lo hice cuando me enfrenté al Cholón y le vencí. Por entonces yo ya practicaba yudo y le conseguí vencer aprovechando mi ventaja técnica y algunas cualidades físicas que ya iba desarrollando.

El caso es que pasé unos años maravillosos en aquel colegio. También es verdad que me expulsaron varias veces de dicho centro, pues ya andaba yo desarrollando mi espíritu quijotesco de ayuda al débil aún a costa de daños propios. La cosa es que en aquella ocasión se me castigó a no ir con el resto de mis compañeros a una excursión. En cambio estaba obligado a ir al colegio al que, al llegar, me encontré sin profesores, sin clases… sin nada que hacer. Así es que me cogí el balón de baloncesto que solía llevar pera los recreos y me bajé a la pista a tirar canastas.

Siempre ha sido una cualidad mía eso de sacar partido (al menos en apariencia) a cualquier situación, por mala que parezca. Eso debió molestar sobre manera a algunos profesores. Me refiero a eso de que yo estaba disfrutando cuando se me había castigado. Parecía que el castigo no alcanzaba con haberme apartado de la excursión. Alguien debió de pensar que, además, debiera estar triste y aquejado (jodido). Así es que me mandaron llamar pues ya por entonces empezaba a tener esa otra cualidad tan mía: despertar envidia.

Así es que acudí obediente a la llamada. Pasé la jornada escolar en clases de otros cursos inferiores al mío. Me aburrí como una ostra, pero, una vez más, aprendí mucho del colegio y poco de los libros.


Etiquetas: , , , , ,

editado por...Wladi Martín @ martes, julio 28, 2020
0- Comentarios a esta nota -

jueves, julio 09, 2020

Mensajes del capitán

Mensajes del capitán: Periódico digital, noticias de Lorca, Región de Murcia y España, opinión.

Etiquetas: , , , , ,

editado por...Wladi Martín @ jueves, julio 09, 2020
0- Comentarios a esta nota -