Tarde en familia con los yayoflautas
Una tarde deliciosa con un grupo extraordinario. La celebración
sería lo mismo de no ser porque se trataba de un cumpleaños de una madre, en su
propia casa, rodeada de nietos, hijos y amigos de gran calidad humana. Felicidad es parca expresión para definir lo que pude sentir.
Primero
vimo un montaje en video sobre el homenaje a Marcos Ana, poeta lúcido donde los
haya, que le otorgaron los yayoflautas de Madrid. Le entregaron el chaleco de
"yayoflauta de honor" a este reo del franquismo que a sus 94 destila por doquier
amor y vitalidad; y muchísima lucidez. Pese a ser el preso político de más larga duración en las cárceles
de la dictadura franquista ni sombra de resentimiento… Sólo poesía y unos ojos
llenos de vida.
La vida
¿La vida?
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río,
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una sepultura
y la canción de mis losas?
Veintidós años... ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma...
Escribo a tientas: el mar, el campo...
Digo bosque y he perdido
la geometría de un árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario).
Decidme cómo es un árbol.
Decidme el canto de un río,
cuando se cubre de pájaros.
Habladme del mar. Habladme
del olor ancho del campo.
De las estrellas. Del aire.
Recitadme un horizonte
sin cerradura y sin llaves
como la choza de un pobre.
Decidme cómo es el beso
de una mujer. Dadme el nombre
del amor: no lo recuerdo.
¿Aún las noches se perfuman
de enamorados con tiemblos
de pasión bajo la luna?
¿O sólo queda esta fosa,
la luz de una sepultura
y la canción de mis losas?
Veintidós años... ya olvido
la dimensión de las cosas,
su color, su aroma...
Escribo a tientas: el mar, el campo...
Digo bosque y he perdido
la geometría de un árbol.
Hablo por hablar de asuntos
que los años me borraron.
(No puedo seguir: escucho
los pasos del funcionario).
Luego, el entrañable Ernesto recitó poesías de Miguel Hernández.
¡Majestuoso!
Y qué decir de Carmeli con su voz plena de duende y de la
agonía que saben irradiar las mujeres del sur español. ¡Inenarrable!
Todavía quedaba un dúo de mis hermanas cantantes… no por
conocerlas deja de erizarse el vello.
Pero sobre todo, cada vez que coincido con este increíble
grupo de yayoflautas me cargo de energía y valoro el ejemplo que saben
transmitir en su forma de aceptar la vida, sin renuncia a la lucha, sin dejar un
solo instante de regar el jardín de sus floridos valores. Alta casta de
luchadores españoles y de luchadores por España que, con su sólo ejemplo,
mueven montañas. ¡Todo energía!
Deseando volver a coincidir con ellos.
Etiquetas: poema, poesia, reflexiones o así, wladi, wladiario, wlady
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