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Las cosas de W&CC así como de ALMAYARA.

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domingo, abril 26, 2009

Más de lo mismo (o dicho de otro modo)

Con lo bonito que es el yudo y siempre estamos igual


Reflexiones del profesor Wladimiro -que no es alias, ni nick, ni nada para ocultarse- tras el Campeonato de Madrid de las categorías infantil y cadete.


Hoy no tengo ganas de criticar… y menos a los árbitros. Lo que pasa es que me pongo a escribir y empieza a fluir la mala leche de los que callamos. A ver qué pasa… ¡Allá vamos!


Con el tema de los abnegados árbitros de yudo, diré que, cuando llegan a los reciclajes y cursos, la mayoría de ellos suele mover la cabeza, de arriba abajo –lo he visto-. Parecen corderillos, con ese movimiento de afirmación, cuando oyen que hay que respetar y proteger al que intenta hacer yudo, que hay que penalizar al que practica yudo negativo, al que destruye… Todos están de acuerdo -pero luego, nada-. Todos convienen, en cuanto se ponen la corbata, en que el encuentro de infantiles es más corto y, por tanto, no hay que demorar la sanción, especialmente en los casos de falsos ataques, rehuir combate, no agarrar, kumikata de bloqueo, continuamente tirarse a por las piernas del contrincante y el sinfín de marrullerías que se ven en cualquier campeonato infantil o cadete como el de ayer sábado en Arroyomolinos. Sobre todo, se ve este tipo de actitudes en determinados colectivos especialistas en la ‘técnica del mogollón’, que dice así: ¡todo vale si hago un campeón!


Habrá que empezar a recordar que la crisis de resultados de Madrid empieza a estar en boca de todos. Ser campeón de Madrid ya no garantiza chapa en un nacional. Habrá que empezar a hacer reflexiones como la siguiente. (Allá va la reflexión): En estas categorías, cuando se enfrenta un muchacho (o muchacha) de clara superioridad a su rival, no le marca ipón a las primeras de cambio. Tiene que desbravar a su contendiente. La reflexión viene ahora y se hace desde este YUDIARIO, que es banderín de ‘otro yudo posible’ (siempre lo ha sido y siempre lo será). Nos referimos a que en estas edades se constata que los muchachos no acaban de pulir el que debiera empezar a ser su tokui-uasa (su movimiento especial o favorito). Entonces llega el entrenador de turno (nótese que hablamos de entrenador y no de profesor que es el que debe actuar en estas edades de formación) y actúa de la siguiente manera. “Pues si no te sale agarras el tobillo”. Con ello cogemos el ‘atajo’ (siempre el atajo) y así nos va. Es decir, que el mejor no es capaz, en condiciones normales de marcar ipón, limpiamente, al peor (y eso que el ipón ya no está tan caro como hace años; cosas de la crisis).


Un chavalín de 12, 13 14… años debe de seguir buscando la esencia de su movimiento favorito; debe seguir aplicándose en corregir detalles a la hora de efectuar sus uchi-komi (que también se pueden segmentar para corregir gestos parciales del total de dicha técnica o llave de yudo). Esto es así a cualquier edad, tanto más en muchachos que aún no han completado su ciclo formativo, ni siquiera se han acabado de desarrollar físicamente, las más de las veces.


Nos da mucha pena que ‘valga todo’ con tal de colar a un chico en el medallero, para mayor gloria del entrenador de turno (que tiene de pedagogía lo que Hitler tuvo de filantropía). Pero más pena nos da que este tipo de eventos sean el escaparate perfecto para que esta gentualla salga reforzada, como si volviera a ganar su discurso irracional, bruto y grosero. Así va este deporte y así acabará yendo esta maravillosa disciplina que quiere decir lo que pocos practican y justo lo contrario de lo que hacen a quienes nos referimos.


El ‘pero’ está en los que abonan el terreno para que sigan sintiéndose vencedores los del mamporro, los del ‘tira más fuerte’ o los del ‘ahora cuando venga a por ti’. Ni siquiera se sonrojan cuando enseñan a un niño a ser marrullero. Ni siquiera sienten el natural prurito del que se aparta de la nobleza (deportiva o de cualquier otro tipo) cuando gritan en público y a pleno pulmón consignas cobardes a maravillosos muchachos que no debían tener el privilegio de conocer siquiera (‘que ataque él ahora’).


Ya sabrán lo que hacen los circunspectos señores que manejan el ‘Reglamento’ de competición; los que prohíben el trabajo de kansetsu-uasa a los cadetes y acabarán por prohibir el renzoku-uasa.


Suponemos que habrá ocasión de hablar con extensión de todo este tipo de cuestiones en las que cada vez encontramos más seguidores y más partidarios de ‘otro yudo’. Sólo reseñar, una vez más, lo favorecidos que parecen resultar algunos colectivos se ponga la norma que se ponga. Que se obliga a los entrenadores a ocupar un determinado lugar (fuera de la silla antes reservada a sus funciones), pues resulta que hay trece entrenadores hábilmente distribuidos por doquier. Es, una vez más, la razón del que más chilla (los que más chillan en este caso). Ya lo vemos en medios de comunicación, en programas de pretendido debate en los que se silencia o ningunea al que se sale por la tangente, tenga o no tenga razón (por apartarse de la mayoría –que se la pique un pollo-). ¿Por qué iba a ser de otro modo en nuestro deporte? Pues porque nos creíamos que era un deporte de caballeros y ya sólo nos queda esa genuflexión del principio y el final de cada contienda. Ya sólo guardamos las formas, cuando el fondo se ha ido al garete.


No deja de ser una pena y una oportunidad que se pierde, en estos momentos en que otros deportes andan muy maleados y con continuas muestras de intransigencia, descontrol, vehemencia subidita de tono y otras manifestaciones absolutamente contrarias a lo que debe imperar en todo deporte.


Cosas que se ven a diario


En un vestuario de cadetes, con motivo de un campeonato celebrado en el Pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada descubrimos un envoltorio de un medicamento. Pongamos que se trataba de Cafintrina… o de cualquier otro de alto contenido en cafeína. Pongamos que sabemos de qué club es la ingenua muchacha que acaba de salir precipitadamente cuando nota que alguien entra en el mismo recinto. Pongamos que se trata de uno de esos clubes que hace de la ‘competición’ su principal modo de proyección. ¡Qué ha de extrañar! Todo concuerda ¿no?


En un programa como el de Campeonatos Escolares, al que tanto dinero dedica la Comunidad de Madrid, se trata de promocionar el yudo –y otros deportes- entre estudiantes de Institutos de Educación Secundaria. Para mover a este colectivo, en yudo se ha diseñado un campeonato -¡qué raro!- en el que se agrupa a los muchachos por razón de edad, de sexo y… ¡de cinturón!


Encontramos casos en que algunos muchachos acuden a su correspondiente competición con cinturón blanco, amarillo o naranja y, luego… Resulta que encontramos a los mismos muchachos en campeonatos oficiales de la Federación con cinturón verde. Tócate la molleja. ¿Por qué se producirá ese ataque de daltonismo –llamémoslo así-? ¿No será porque existe una categoría en los Campeonatos Escolares que agrupa a yudocas con cinturón blanco, amarillo o naranja; y otra en que se miden los que ya tienen el verde, o el azul, o el marrón, o el negro? También hablamos de otro de esos fabulosos clubes de rompe y rasga en los que se forma (o deforma, ya no me acuerdo) a jóvenes deportistas. ¡Enhorabuena!


Código ético y deontológico


Hace ya años que manejábamos la idea de sentar a una misma mesa a profesores, técnicos, entrenadores, deportistas, federativos… y hablar ‘in extenso’ de la necesidad (o no) de crear un código deontológico de los profesionales del yudo.


Hablar de algo así en el ámbito de una Federación como la nuestra es algo ridículo. Una Federación como la madrileña de yudo es la que representa o debería representar a los yudocas de Madrid. Y es precisamente esa misma Federación Madrileña de Yudo la que cobra, año tras año, una cuota de colegiación a profesores, sin contar con Colegio de Profesores. Ya hace años que interesado por el tema solicité los estatutos de dicho colegio y se me remitió a ‘las circulares’. Mira tú que las suelo leer y jamás he encontrado ninguna que hablase del tema, que aclarase cuándo se celebran elecciones, las condiciones para presentar candidatura, los plazos, el régimen de sanciones, el balance económico. Nadie explica qué se hace con el dinero de las colegiaciones y se empezó, tras mi pregunta a hablar de cuota profesional, eludiendo la palabra ‘Colegio’.


En este ámbito, decía, parece ridículo hablar de crear un código deontológico, cuando ni siquiera se conoce el Reglamento de la propia Federación, ni los Estatutos del Colegio de Profesores, ni los del Colegio de Árbitros. Y hablo, siempre, refiriéndome a la Federación Madrileña de Judo.


No obstante, desde este espacio volvemos a lanzar la idea por si alguien la recoge, máxime en estos momentos en que surgen o resurgen asociaciones y parece, por tanto, que hay ganas de trabajar y mover el cotarro.


Entre tanto, quizás bastase con un poco más de cordura y de presencia de la gente razonable (iba a decir normal, pero lo normal, hoy, es no ser razonable). A ver si empezamos a dar un poco más de cancha a los mesurados y a los razonables y amordazamos a los vocingleros y gárrulos de la nefanda.

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editado por...Wladi Martín @ domingo, abril 26, 2009

6 Comentarios

At 26/4/09 21:15, Blogger Miguel said...

Te me has adelantado, Wladi... Desde lo de Arroyomolinos tengo sensaciones opuestas y me dan más "reconcome" (valga la expresión, "regomello" dicen los chanantes) las malas vibraciones sobre el arbitraje, los clubes prepotentes y este tipo de cosas. Lara ha vuelto a conseguir medalla en una final de Madrid y este éxito lo empaña la dejadez y el "tú qué sabrás" de cierto tipo de árbitros que permanecen impasibles ante tus quejas mientras sufre un alumno tuyo al que un borrico aleccionado por los de siempre (quizá amiguetes del árbitro, no es la primera vez que me ocurre...)está causando daño a sabiendas o no con tal de conseguir una victoria propia de cobardes. Esta vez no ha sido más que abandonar (le tenía cariño a su hombro, qué remedio) y perder la oportunidad del bronce en una repesca (un trozo de chapa, ya ves tú), la vez pasada fue subluxación de hombro en un infantil de 12 años. En ambas ocasiones, el árbitro debía estar pensando en la lista de la compra, en "cuándo se acaba este coñazo", o vete tú a saber, porque yo veo un brazo girando según cómo y me rechinan los dientes... ¿Por qué a ellos no, por qué no un "Matte", no tienen hijos?
Promoción del Judo, dicen. Hay que jxdxrse.
Abrazos afectuosos, mi Judo (incluso mi Lludo) sigue siendo el de ganarse a sí mismo año tras año. Coleccionamos amigos, no medallas.

 
At 27/4/09 11:33, Blogger Wladi Martín said...

Muy bueno Miguel y me ha gustado eso de tu judo de ganarse a uno mismo. Enhorabuena. ya sabemos donde estamos los que pensamos en ese yudo de ganarse a uno mismo.

 
At 27/4/09 21:07, Anonymous Anónimo said...

Juan Carlos Mingorance:
Wladi,desde mi desconocimiento de las normas concretas que regulan este deporte, así como de las circunstancias internas que lo configuran, mas como parte implicada por tener a mis hijos aprendiendo yudo contigo, quiero mostrarte mi apoyo al comentario que has hecho en tu blog. Creo que los valores que preconizas en él son los que hacen grande tu trabajo en concreto y dan pie a la posibilidad de continuar creyendo que otro yudo es posible al igual que otro mundo es posible. Enhorabuena,ánimo y gracias por luchar por esta nuestra juventud.

 
At 28/4/09 10:00, Blogger Wladi Martín said...

muchas gracias por tan lindas palaras que refuerzan el deseo de seguir por el camino que creemos correcto

 
At 30/4/09 19:53, Blogger puche said...

Muy bien wladi, como siempre dando en el clavo sobre los problemas de este deporte en esta parte del hemisferio, ¿que pasaria si el precursor de este deporte viese en lo que se esta convirtiendo tan bello arte?
No dejes de desenmascarar las pudedumbres y miserias que estan convirtiendo este tan bello ARTE

 
At 30/4/09 19:56, Blogger puche said...

Muy bien wladi, como siempre dando en el clavo sobre los problemas de este deporte en esta parte del hemisferio, ¿que pasaria si el precursor de este deporte viese en lo que se esta convirtiendo tan bello arte?
No dejes de desenmascarar las pudedumbres y miserias que estan convirtiendo este tan bello ARTE

 

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