Las flores
Hoy he tenido una llamada y he reconocido la voz casi al instante. Se
trataba de una compañera de uno de mis colegios, con la que hace
algún año que no hablaba. Era como una llamada del pasado. Y sin
embargo me pareció todo tan cercano y próximo. Ahora vive lejos de
aquí, en Asturias y me refiero a un tiempo hundido en mis recuerdos;
hace unos cuarenta años.
Creo que vivir con intensidad es eso. Oír una voz del pasado remoto
y escucharla como si fuera del rabioso presente. Creo que eso es
vivir. Sentirlo todo de forma eterna, como si nunca fuera a acabar –
al menos hasta que acabe lo nuestro aquí -. Otros vendrán, después,
si nos lo merecemos, que continuarán con ello - con lo nuestro -.
Claro que para entonces... ya será lo suyo. Ese debe ser el secreto
para trascender. Ser flor, qué importa que flor, y que mis semillas
sigan siendo flor.
Creo que para ello el truco debe de ser vivir con intensidad y claro,
surge la pregunta… ¿y eso como se hace?
Volviendo al ejemplo de antes; ¿Cómo hace la flor para ser flor?
Seguramente el secreto inconfesable de la flor es que ni se plantea
ser otra cosa. ¿Para qué? Lo malo es ser cardo, digo yo. Lo que
pasa es que también el cardo tendrá su poesía, eso seguro. Cuando
está ahí por algo será. Lo malo – decía – es nacer cardo y
pretender ser flor; en un clima hostil y con depredadores a nuestro
alrededor igual se necesitan ciertas espinas. Se precisan no para
atacar a nadie sino para defenderse como pretendía la rosa de El
Principito (¡Vanidosa!) Para procurarse un poquito de tranquilidad,
para abandonarse en uno mismo, para descubrirse, para conocerse y así
conocer a los demás.
Qué difícil en estos días con tanto espía frustrado. Que difícil
en tiempos de envidia por ver a otros felices con lo suyo sin
necesidad de meterse en lo de los demás.
A veces la introspección asusta. Ahora que tenemos tanto tiempo (el
de siempre según los últimos cálculos de la NASA), nos seguimos
buscando entretenimientos: cepillos para el ego. Películas
apocalípticas con héroes salvadores, tablas para seguir mostrando
alguna interesante curva… Muy pocos, que yo sepa, aprovechan para
meditar más, para conocerse mejor. Algunos invierten su tiempo,
afortunadamente en ayudar a los demás. Algunas flores tenemos y son
nuestra esperanza. Pero no se preocupe, si usted es cardo, limítese
a dar lo mejor de sí mismo y no se empeñe en ser flor, siempre le
faltará la fragancia.
Etiquetas: cristina carbonell, opinion, reflexiones o así, wladi, wladiario, wlady


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