El Chilam Balam
Mi paso por la Universidad fue curioso. Paso a narrarlo, brevemente,
porque creo que viene a cuento con lo que hoy se habla sobre aprobar
a los estudiantes. Desde luego no a los universitarios. Otra cosa es
que se está habilitando a los estudiantes sin acabar la carrera de
Medicina para ejercer de médicos. Ahora hacen falta.
Vaya
por delante que no creo mucho en el sistema educativo español y
menos aún desde que se promulgó la Ley Orgánica 9/1992, de 23 de
diciembre, de transferencia de competencias (entre las que estaba la
educación) a ciertas Comunidades Autónomas españolas. Además, soy
firme defensor de ciertos postulados de A. S. Neill, fundador de la
escuela Summerhill, con la que dio un paso adelante, el pedagogo,
hacia la verdadera educación progresista mediante la autorregulación
de los niños. ¡Un visionario!
El
caso es que la ministra del ramo, muy prudente ella, ha dicho que se
pretende que la tónica general sea que, este curso, todo el mundo
promocione y que sea raro el que suspenda (hablando de niños). En
seguida, muy acostumbrados a que nos digan lo que hacer y a partir de
qué números… han clamado desde ciertas autonomías; sobre todo
desde la madrileña y la riojana.
Yo
tengo mi propia opinión, pero me voy a guardar muy mucho de
expresarla. Que cada cual saque la suya que seguro que, al menos yo,
la respetaré. Además, si alguien deduce mi opinión, de lo que aquí
escribo, y no le gusta, tengo otras - opiniones – (como decía el
genio).
Yo
empecé Derecho y acabé torcido. Ni esperé a pasar a segundo curso
así es que con un amigo pedí el traslado a la Complutense (estaba
en la Politécnica – muy lejos de casa -). Para ello debía cursar
alguna carrera que no hubiera en la Politécnica. Manejé la
posibilidad de irme a Medicina pero mi amigo me dijo que era muy
difícil; así es que propuso Periodismo y yo me alborocé con esa
posibilidad; podía salir de la Politécnica y encima escribir que me
encantaba.
Lo
primero que he de decir es que, cursando Periodismo, se frustró mi
natural tendencia a escribir de forma libre y espontánea. Mucho
tiempo después recuperé esa ilusión.
Como
cumplo años en agosto, los compañeros que tenía eran casi de la
misma edad. Lo malo es que dejé Periodismo varias veces hasta que
acabé la carrera ya talludito. De esa época guardo una fantástica
broma que yo solía protagonizar.
El
primer día de clase, cuando casi ningún compañero me conocía,
madrugaba e iba vestido con chaqueta y corbata a la primera clase,
muy tempranito. Llegaba al aula y me sentaba donde el profesor sin
decir ni “mu”. Notaba comentarios y carreritas por ocupar cada
cual su asiento frente a mí. Todo el mundo siseaba respetuoso a mi
alrededor. Mientras, yo sacaba el periódico y comenzaba a leerlo sin
abrir la boca ante mi pasmada concurrencia. A medida que pasaban los
minutos algunos levantaban la voz. Llegué a escuchar claramente:
“estará haciendo tiempo hasta que llegue la hora”.
Y,
efectivamente, llegaba la hora y también el verdadero profesor
titular de la asignatura en cuestión. Entonces yo, muy respetuoso,
cogía el periódico y mi carpeta y me trasladaba a algún sitio
libre frente a él, con el resto de mis compañeros. Siempre miraba
de refilón y veía caras de desconcierto y asombro, de personas que
no sabían lo que pasaba. Me divertía mucho.
Pero
voy ahora con la anécdota que quería narrar y que vino a suceder en
mi primer abandono de la carrera.
Estaba
cursando el segundo curso, creo, y me enfrentaba a la asignatura de
Literatura Universal Contemporánea. El sólo título de la
asignatura ya me atraía… lo que iba a aprender (yo que era un
firme lector, por entonces, de Aldous Huxley, de Herman Hesse…). A
su frente estaba un profesor, seguramente un magnífico profesor, que
se empeñó en explicarnos – hay una cosa que se llama libertad de
cátedra – el Chilam Balám. Esta obra y su estudio nos iba a
llevar todo el primer trimestre; en Literatura Universal
CONTEMPORÁNEA. Creo que el profesor, con el que, pese a ser una
eminencia, no conseguí conectar, se apellidaba Vila Selma.
Como
cabe la posibilidad de que usted, que me lee, no conozca el Chilam
Balam – cosa rara – le diré que eran unos escritos mayas, del
tiempo de lo que llamamos conquista española de América, que
relatan acontecimientos de relevancia histórica, sobre todo para los
mayas.
No
acabé ni el primer trimestre. Me dediqué a mi recién montado
gimnasio en San Sebastián de los Reyes, el Sempai. Allí iba a
ejercitarse con pesas un tal Francisco Navacerrada que también
cursaba Periodismo (acabó de jefe de prensa del Real Madrid, nada
menos). Un día charlando con él me dijo que el bueno de Vila Selma
había fallecido no si antes dar aprobado general. Me recomendó que
fuera a por la papeleta y, efectivamente la recogí. Figuraba una A
mayúscula de trazo titubeante. Me dí por Aprobado como me dijo Paco
y efectivamente así fue.
También
cursé Historia Universal Contemporánea. A su frente estaba un
magnífico profesor – no recuerdo su nombre - que, por entonces,
pasaba por ser el máximo experto nacional en la Revolución
Francesa. De hecho la estudiamos todo el primer trimestre llegando a
ser grandes entendidos. En cambio, yo no sabía lo que era una
pecera, un estudio de grabación... ni siquiera un ordenador.
Creo
que en primero, un día – un sólo día – dividían la clase y
nos asignaban visita a la “sala de ordenadores”. Allí fui muy
contento y me sentaron frente a uno con un simulador en que sólo
podías hacer lo que te indicaban. Como serían mis ganas de aprender
(sólo proporcionales a mis torpezas) que conseguí atascar la
impresora (todos los ordenadores estaban en línea). Cuando la
profesora recriminaba al 7-F – que tardé en darme cuenta de que
era yo – “por favor deje de dar a todos lo botones”, me encendí
como una bombilla. Y ya está.
No
digo que no haya grandes profesionales del Periodismo en España pero
me parece que aprendieron más en sus primeros puestos laborales que
en la Facultad. Eso sí, seguramente hubo generaciones expertas en la
Revolución Francesa y, por supuesto el Chilam Balam.
Etiquetas: cristina carbonell, opinion, reflexiones o así, wladi, wladiario, wlady


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