Echinacea y propóleo
Somos muy poco dados a dar consejos así es que vamos a decir lo que
creemos nosotros (y hacemos). En estos días de saturación de
consejos, recomendaciones, restricciones… nos atrevemos a recordar
(no hablamos de milagros, por supuesto) que el sistema inmunológico
humano es una maravilla, pero que se puede colaborar con él. Por
ejemplo, hace poco he descubierto que la (molesta) fiebre que
acompaña a muchas de las enfermedades que nos pueden aquejar es para
subir la temperatura. ¡Vaya descubrimiento!
La mayoría de los
virus se mueren a latas temperaturas. Lo malo es que en cuanto
tenemos unas décimas atacamos ese síntoma sin saber que es una
defensa. Lo ideal sería aguantar un poco.
La mayoría de los
consejos que hoy nos dan se caen de pura lógica; para hoy y para
siempre.
No hablar escupiendo
a la gente, lavarse frecuentemente las manos, no toser en sitios
cerrados o por lo menos taparse con un pañuelo, si se hace en sitio
cerrado (y lego lavar el pañuelo, claro), aislarse para no contagiar
cuando está malo (y no hacerse el valiente yendo a currar con fiebre
o mandando a los niños al colegio pachuchos, por ejemplo); ¿os
suenan esas recomendaciones?
Sigamos con lo que
he llamado el sistema inmunológico, o sea la defensa natural del
cuerpo contra las infecciones como las bacteria y los virus, a través
de una reacción bien organizada. Y con eso que he llamado
colaboración. Recomendamos ahora la echinacea que según hemos
encontrado escrito en Internet es una planta herbácea y perenne,
que puede llegas a medir un metro de altura. Originaria de
Norteamérica, se cree que lleva utilizándose desde hace siglos por
las tribus indias de este continente para curar las heridas de las
flechas o las picaduras de serpiente. Ya a principios del siglo XX,
se adopta en Europa. Sus flores son muy similares a las margaritas,
de tonos rosáceos o púrpuras. Su nombre proviene del griego
“Echinos”, que significa “Erizo”, por su cabezuela central,
llena de espinas.
Cuando
recomendamos la echinacea no estamos recomendando ninguna marca,
claro. Pero sugerimos que uno no se conforme con productos que
simplemente llevan echinacea y menos si van mezclados con propóleo.
Sólo son recomendaciones, ojo. Y las argumentamos.
La
echinacea es a corto plazo, por así decirlo, mientras que el
propóleo es a más largo plazo. Aunque ambos colaboran con el
sistema inmunológico la echinacea se debe de tomar durante menos
tiempo, es decir que ahora sería un buen momento. Mientras que el
propóleo se puede mantener algo más en el tiempo (aunque también
tiene sus limitaciones, claro está.
Esperamos
no habernos metido en ningún jardín y, sobre todo, que esto que
hemos recogido, aquí y allá, de gente que sabe mucho más que
nosotros, sea útil para quien se haya molestado en leerlo.
Etiquetas: cristina carbonell, opinion, reflexiones o así, wladi, wladiario, wlady


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