Orgulloso de la tierra en que nací. Avergonzado de mi país.

Ayer estuve en el COE (Comité Olímpico Español) en unas Jornadas Técnicas bajo el título “Entrenamiento en Alto Rendimiento Deportivo”. Son las segundas. También estuve el año pasado en las primeras. Al ir a acreditarme no estaba en la lista de los que habían pedido traducción simultánea. Era un eror. Así es que me senté animado a recuperar mi inglés. Pensar que fui bilingüe… Claro que cuando era niño. Me crié en Johannesburgo de los cuatro a los siete años.A mis padres les preguntaba en inglés el significado de algunas palabras españolas.

Salí satisfecho de lo que escuché en el Coe y más de haberlo comprendido. También me gustaron los temas tratados y quedé encantado de aclarar algunos conceptos, volver a reflexionar sobre muchos otros y conocer algunos nuevos enfoques que desconocía. Me gustó mucho la charla de D. Vicente del Bosque (entendí todo sin los cascos de traducción simultánea).

Hoy es jornada de reflexión. Bueno ya está acabando y ahora empezarán ‘todos’ a decir que han ganado. Claro que unos por goleada y otros porque les han metido pocos. Aquello de “pa habernos matao”.

Así es que llevo horas reflexionando sobre algunas cosas. ¿Seguirá Alejandro Blanco mucho tiempo en el COE? Aún recuerdo los tiempos en que entré al despacho del por entonces Secretario de Estado para el Deporte Sr. Cortés Elvira. Iba con gente de yudo y acabamos celebrando una soberbia subvención a una asociación de la que yo era socio y aún hoy sigo siendolo (cosas de mi extraño sentido de la fidelidad). El Sr. Cortés Elvira nos soltó a bocajarro “¿no tienen Uds. un candidato para sustituir a Báguena?". Yo entrecerré los ojos para parecer más inteligente y esperé a ver lo que contestaban mis mayores. No recuerdo la respuesta pero sí que no teníamos candidato ni intención de buscar uno. Pocos meses después irrumpió en la Federación Española de Yudo Alejandro Blanco y, ya se sabe que pasando el tiempo llegó al COE donde sigue. Es decir, que desde el PSOE encontraron al candidato para librarse del Sr. Báguena.

En las Jornadas que antes citaba vi a D. Alejandro de nuevo arropado por algunos peones que ya conocía y a los que tengo cierta estima. Por allí andaban el yudoca Ricardo Leyva, el periodista Chema Bellón… También pude saludar a José Manuel García García… Cómo pasa el tiempo y qué viejo me voy haciendo. Eso de saludar a personas que hace lustros que no has visto y que ni te recuerdan... ¡tiene su morbo! Pero duele en el carné de identidad. Me gustó mucho ver también a algunos yudocas bastante jóvenes siguiendo con atención las ponencias y conferencias; son el futuro. Y se les ve con ganas de aprender y tienen talento e inteligencia, que buena falta hacen en nuestro querido mundillo del yudo.

Y pensar que igual acaba ‘destronado’ Blanco por otra yudoca en el COE. Apunten el nombre de Miriam Blasco.

También me han contado otro chisme. En este caso me lo ha contado alguien que debería estar bien informado pero que ha patinado. No les digo el nombre, pero situaba a Jaime Lissavetsky en el CSD cuando en realidad actualmente preside este organismo D. Alberto Soler Sicilia. Me cuentan que lo ocupará, muy pronto, el vicealcalde de Madrid Manuel Cobo. Creo que bastante tiene D. Manuel con olvidarse del ostión que se metió en moto hace unos meses. Pero si hay algo de cierto en el pronóstico, en la misma quiniela estaría señalada la casilla del Ministerio de Presidencia (del que depende actualmente el CSD) para el Sr. Gallardón. Está claro que la Sra. Botella (próxima alcaldesa de Madrid) no quiere ni ver al hasta ahora primera espada de D. Alberto.

Yo me imagino que gilipoyeces como estas que acabo de escribir aquí estarán saltando como peces en el río que pasa por la calle Génova a estas mismas horas. Claro que los peces del villancico no saltan sino que beben. Pero es que, mientras tanto, en la otra orilla del ‘río que nos lleva’… a la derecha, otros beben y no saltan. Güisqui en mano deben estar ahogando penas, más de uno, como ya les he visto en anteriores debacles (locales o municipales). Andarán pensando dónde dar asiento a tanto culo con tan poco sillón. Lástima de revolución pendiente. Cómo me gustaría verlos a todos marchando para casa con el güisqui en la mano, bebiendo y no saltando. Que les pongan en la mano una azada, un pico, una pala o un mocho y tengan que doblar la giba para ganar lo que antes mangaban.

Precisamente hoy, en plena jornada de reflexión, me he acabado “Los hombres que no amaban a las mujeres del sueco Stieg Larsson. Apasionante libro que homenajea a la novela negra y en general a todas las de aventura. Cuenta una gran historia. El final es muy catártico. Creo que el sueco se pasa tres pueblos, pero me ha venido bien ese final almibarado en el que todos los malos se llevan palos hasta en el carné (de identidad, del sindicato y del partido). En un par de semanas me he ‘empapilado’ el tocho que viene a ser primera parte de la trilogía Millenium. Creo que he hecho un gran esfuerzo por acabarlo precisamente hoy. Con eso y mi dosis habitual de cerveza (de unos dos litros cada noche) igual me animo a ver soltar babas a los vencedores (y mentiras a los perdedores). Hasta estas horas de la noche aún no he reunido el valor de poner la tele ni conectarme a Internet. Ya sé lo que me espera. A echarle cojones. Total cuatro años pasan volando y, luego… más de lo mismo. O estos… o los otros.

Acabo mi reflexión tomando en consideración que me he acercado a casa de mi madre para acercarla en coche a su colegio electoral a que cumpliera lo que ella sigue considerando una obligación: votar. Está recién operada y no puede apenas caminar. Eso me hace volver a reflexionar sobre la multitud de vidas ejemplares que he visto a mi alrededor cuando he ido creciendo (lo poco que he crecido en estos más de cincuenta años). Gentes de mi anterior generación, la de mis padres, han sabido levantar este país que acababa de salir de una guerra. Gentes con un alto sentido del honor, de la responsabilidad, del compromiso, pero también con dosis desmesuradas de abnegación (sobre todo las mujeres), de resignación sin renuncia a la lucha...

Voy a ver si aprendo un poco de esos ejemplos que buena falta me va a hacer.

Lo dicho… ¡cada vez más orgulloso de la tierra en que nací y más avergonzado de mi país!