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Las cosas de W&CC así como de ALMAYARA.

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lunes, mayo 24, 2010

Dejad volar la imaginación... que vuelen las cabezas

Me he dejado crecer el pelo. He perdido el interés en mi persona; la que mejor conozco, pero no la mejor que conozco ¡ojo! Claro que tampoco me alcanza ese conocimiento -de mí mismo- y puedo asegurar que hablo de un desconocido. Me resulta familiar, eso sí, y nunca mejor dicho. Pero se trata, sin duda, de un desconocido.

A fuerza de ver crecer mi melena ha empezado a estorbarme tanto pelo. Qué lata.

No me considero ningún jipi (hippie) y no fumo hierba alguna... más que cuando me invitan (ya es cara hasta la alfalfa para los burros). Pero me he dejado el pelo largo y me lo ato en una coleta. Así molesta menos. Como no me miro al espejo tampoco me veo y me creo más formal (con mi coleta) o ajustado a forma (forma habitual... la de todos los días y la de la mayoría de la gente que me rodea). Al menos no voy desmelando por ahí.

Dijeron de Madrid que es una ciudad poblada por no se cuantos millones de cadáveres. Lo dijo el poeta en verso con forma de puño y con palabras de acero (duras y pesadas). Pero yo no tengo el verbo; ni el adverbio. Yo (otra vez el ego) simplemente no me encuentro en una ciudad sino en un pozo. A mis lados hay paredes que me constriñen. A mi alrededor, oscuridad. Sólo si levanto la vista veo algo de luz, adivino una salida. Pero, si me muevo, puedo hundirme al clavar mis pies en el fango. Mi única liberación es volar si dejo mi mente pura y libre. ¡Casi 'ná'!

He engordado algo y, por más que practico zen, en mi pozo, no levito más que mi apéndice viril que tampoco está para 'levitar' (tirar) cohetes (para eso ya está Irán). Busco otra solución a mi falta de liviandad y me asomo a la locura; a la mía. Seguro que tiene que tener algo de verdad como todas las locuras de gentes buenas. Yo, creo que lo sigo siendo. Ya he dicho que fumo alfalfa cuando me regalan como a un asno que cumple con su pollino cometido.

Se me acaba de ocurrir tirar con fuerza de mi propia coleta. Menuda ocurrencia. Ya la tuvo el barón de Munchausen y salió de un pozo a fuerza de levantarse a sí mismo. Me pongo manos a la obra, o, por mejor decir, a la coleta y... ¡Nada! No levito, mas allá de lo que lo hace mi apéndice viril (y eso cuando lo hace, el pobre). Pero sí que estoy notando que mi cabeza se estira. Un tirón más y ¡ya está! La testa se ha desvertebrado de su tronco. Me he descabezado. Por fin 'destestado' (¡a mi edad!)

Encuentro mi cabeza ligera y alcanzo elevados pensamientos pues he lanzado mi cráneo por encima de la boca del pozo y tengo visiones de lo que hay fuera. La cabeza, volando por los aires, fuera del pozo, me propociona bellas imágenes. He visto la luz. La ha visto mi cabeza. No era tan difícil, pues, salir del pozo.

He visto (lo ha visto mi cabeza) el polen flotar al contraluz y no he tenido sofoco alguno. He visto a revoltosas ninfas retozar con zangolotinos tirados por los suelos y no me he enamorado (ni de ellas, ni de ellos). He visto viejos a los que no he odiado y jóvenes a los que no he envidiado; no estaba en ellos, ni estaré. He visto cantar y escuché la melodía, sin comprender la letra, pero tarareando a pleno pulmón cada frase, cada palabra. He visto comer sin hambre, hablar sin decir nada (algo); pero n o he sentido saciedad, tampoco dolor de cabeza. He visto correr sin avanzar, besar sin amar y... no he sentido fatiga, ni soledad.

Me he sentido ligero, fuera de mi pozo. Me he sentido fuera de mí, de tanto gozo. Me he sentido pleno, feliz, vivo. ¿Habré perdido la cabeza?

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editado por...Wladi Martín @ lunes, mayo 24, 2010