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viernes, septiembre 15, 2006

Entrevistamos a Gracia Querejeta

Estuvimos en el rodaje de Siete Mesas (de billar francés), en Coslada



Tuvimos ocasión de ver una pequeña fase del rodaje que lleva a cabo Gracia Querejeta de la que será su quinta película comercial de largometraje. Allí vimos al niños Víctor Validivia, a Maribel Verdú, a Blanca Portillo, a Jesús Castejón y al resto de actores de esta película que narra las peripecias de una mujer que llega desde Vigo hasta Coslada a visitar a su padre. lo que se encuentra es que el padre ha muerto dejando una vieja sala de billares en estado ruinoso y a una amante en ella. La mujer se vuelve a Vigo para comprobar sorprendida que su marido ha huido por oscuros motivos y sin dejar rastro. Así es que decide volver a Coslada y empieza a tratar de reflotar el negocio.

Pero mejor que leas lo que dice la hija del mítico Elías Querejeta de su película. Por cierto, el productor andaba por allí. Es el que procura la pasta... Nada menos que unos tres millones de euros.





Gracia Querejeta

Directora de cine

“Es una película bastante coral en muchos sentidos”


“Cuenta la historia de alguien que, en un momento determinado, ve que todos sus agarraderos se desmoronan”


Gracia Querejeta está rodando en Coslada su quinto largometraje, volviendo sobre sus temas recurrentes, aunque una vuelta de tuerca en algunos sentidos. Se trata de su película con más humor en la que ha dado con una historia que surgió espontáneamente a raíz de ciertas vivencias que la directora prefiere mantener secretas. La historia narra la historia de una mujer que acude a la capital a ver a su padre para comprobar que éste ha fallecido. De vuelta a Vigo descubre que su marido ha huido sin dejar rastro y decide volver a Coslada, al local de billar francés que regentaba su padre, en compañía de una amante con la que tendrá que aprender a relacionarse.

Pregunta. Parece que va a ser una de tus películas más cómicas. ¿Por qué?
Gracia Querejeta. No ha sido nada deliberado. Cuando nos pusimos a escribir David y yo no decidimos que la cosa tuviera un poco más de humor que habitualmente. Salió porque en el momento en que nos pusimos a inventar los personajes de los billaristas y que rodean a las tres mujeres que son protagonistas nos salieron así. Es un poco lo que es, en algunas ocasiones, el mundo del billar. De ahí salió un poco esa zona de la película con más sentido del humor. También quizás el personaje de Charo, desde el principio lo planteamos con sus problemas internos, pero con cierta capacidad de ironizar sobre las situaciones que vive.

P. ¿La elección del billar como tema de fondo es casual?
G.Q. No es la primera película mía en la que aparece el billar. Ya salía en “En el último viaje de Robert Rylands”. En mi casa durante mucho tiempo hubo un billar. Es un juego que me resulta próximo aunque no soy ninguna experta. Quizás también buscábamos algo que ella –la protagonista- tuviera que recomponer desde dentro. Hoy en día hay muy pocas salas de billar francés y, cada vez, quedan menos. Es un juego que se ha quedado para profesionales que juegan en la Federación española, pero no hay salas de billar francés. Hay salas de ‘pool’, pero es un juego distinto.


P. ¿Pero, por qué el billar? ¿Tiene algún trasfondo?
G.Q. Primero porque es un juego sencillísimo de entender. No es nada complicado. Luego porque en realidad es un trasfondo para contar otras cosas en la película. Es el mundo en el que ellos se mueven, pero la película no pretende dar lecciones de billar.

P. De manera que es una historia de las tuyas ¿no?
G.Q. Esta película cuenta la historia de alguien que, en un momento determinado, ve que todos sus agarraderos, los pocos o muchos que todos podamos tener, se desmoronan. Es de un día para otro. Entonces, en cierto sentido, vuelve para atrás y decide comenzar su vida poniendo de nuevo en pie unos viejísimo billares que eran de su padre, que acaba de morir. Esto da pie para muchas cosas. Es una película bastante coral en muchos sentidos, con unos pilares muy básicos, con unos personajes que son fundamentalmente los de Blanca Portillo y Maribel Verdú, y el de unos billaristas, que es, sobre todo el personaje que hace Jesus Castejón. Vuelve a ser una película de descubrimientos interiores y de viajes interiores, para variar.

P. ¿Una película nostálgica?
G.Q. No hay intencionadamente nada que tenga que ver con la nostalgia. Tiene que ver, más bien, con el ir hacia delante.

P. ¿Has intentado hacer un retrato social?
G.Q. El extracto social de los personajes de la película es de clase trabajadora. Por eso volvemos a los barrios de gente trabajadora. Ahí es donde está ambientada la película y está pensada así desde el principio. Procuramos ser fieles a la realidad, en tanto que David y yo hemos sido muy conscientes de la situación que manejábamos. No hemos tenido que manipular la realidad, pero no hay una intención de retrato social. Se habla de ruina económica, se habla de problemas de dinero, pero no solamente sucede en Coslada o en Aluche… Sucede en muchos otros sitios. No hay un intento deliberado de eso. Habrá una realidad que es la que se vive en ciertos barrios y eso es todo.

P. ¿Qué hay del hecho que se trate de una mujer en un mundo habitualmente poblado por los hombres?
G.Q. La película trata de una lucha interna entre un padre muerto y una hija. Es verdad que hay muchas menos billaristas mujeres que billaristas hombres, pero no se trata de eso.

P. ¿La familia siempre aparece por medio?
G.Q. Es que la familia siempre está. ¿Por qué no retratarla? Lo que pasa es que esta película es un poco distinta. Las relaciones que tienen Blanca y Maribel es la relación entre hija y amante del padre. Lo que pasa es que sí se va creando, a lo largo de la película, una nueva familia distinta, como si dijéramos. Va surgiendo un nuevo núcleo familiar, una vez que van consiguiendo desembarazarse del muerto.

P. ¿La relación del personaje de Maribel con su padre era mala?
G.Q. Sí. Eso queda claro en la película, pero no con flash-backs, porque no los hay.

P. ¿Cómo surgió la historia?
G.Q. La verdad es que esta película nace de unas cuestiones muy personales que no voy a comentar y de una situación vivida muy particular. Tiene mucho que ver, aunque no directamente, con algunas vivencias personales. Así es que es una película que ha surgido de una manera muy espontánea, a partir de un determinado momento. No es nada meditada. Yo no tengo que ver con este mundo. Es la película que puede haber sido más vomitada, aunque el término es horrendo, pero se entiende.

P. ¿Va a haber muchas escenas de billar?
G.Q. hay unas cuantas. No es el grueso de la película, ni mucho menos, pero las hay. Además, no son escenas de billar, son escenas en las que ocurren otras cosas y se juega al billar, entre tanto. Me ha ayudado muchísimo, tanto la Federación Madrileña como la Española. De hecho, el presidente de la Federación Madrileña de Billar es el entrenador personal de todos los actores que tienen que jugar. Nos han cedido locales para ensayos… Hemos tenido una ayuda estupenda por su parte.

P. ¿Cuánto queda de rodaje?
G.Q. Nos quedan seis semanas o una cosa así. Rodamos en el local y en exteriores, en una plaza a cinco minutos de aquí, en la que hemos construido una parquecito infantil. Allí rodamos mucho y ahora la gente de Coslada le pide al Ayuntamiento que deje el parque para los niños, claro. Yo también suscribo esa petición. Es que todos los niños querían entrar a jugar con los columpios que hemos montado, pero los tenemos sin atar. Eran sólo para que se vieran… en fin. Estamos rodando por la zona y también hemos montado una terraza de un bar. También es verdad que se rueda en otras zonas de Madrid como Entrevías, Carabanchel, donde ya hemos rodado. Pero el grueso se rueda en Coslada.

P. ¿Con qué presupuesto?
G.Q. La película ronda los tres millones de euros

P. ¿Esperas algún efecto terapéutico, después de rodar esta película al vomitar, como antes decías, tanto sentimiento?
G.Q. Eso habrá que verlo y comprobarlo.

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editado por...Wladi Martín @ viernes, septiembre 15, 2006