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jueves, junio 25, 2009

El vomitorio del profe Wladi

He leído mucho; mucho he olvidado. He escuchado mucho; mucho he callado. He cantado en alto y fuerte y ahora tengo un nudo en la garganta, algo me deja mudo, algo me espanta.


Me decía mi abuelo Paco: hay que comer fuerte, peerse fuerte y enseñarle los cojones a la muerte (con perdón, que o decía mi abuelo). Mis partes pudendas ya se las conoce de memoria Tanatos y toda su negra cohorte. Pero vam os a lo que vamos.


Aún mis cabellos ondulan por la brisa de la victoria cuando ya me llega el olor a quemado. Algo se está quemando muy lejos. Algún humo me trae el viento.


Trago saliva con dolor. El esfuerzo ha sido grande. Trago saliva y me queda un regusto amargo. ¿Por qué se pregunta mi ingenua alma de conquistador? ¿Por qué ahora que suena los claines de nuestra gesta?


No es el presente placentero y cálido del verano el que disfruto. Es el negro invierno que ya los pájaros me anuncian con cantos de angustia el que me nubla la vista, el que apaga mi canción.


¿Cómo voy a explicaros esto, queridos y fieles soldados? ¿Cómo haceros entender que la batalla ganada... nos deja inermes? ¿Cómo puedo yo mismo comprender el trágico destino que se cierne ávido sobre nosotros?


No bastó nuestra noble lucha. No bastaron las mil heridas, los muchos que perdimos por el camino. No.


¿Es el premio de los valientes el que se saldará con la indiferencia? ¿Por toda recompensa tendremos el olvido? Un campo de cruces alineadas, todas iguales, para recordar lo que se nos va a pronto olvidar.


El enemigo era otro, mis bravos. No lo supimos; no nos lo dijeron. No se trataba de superarnos; no era cuestión de crecer. Al pavo se le engorda, precisamente, poco antes de pasar al puchero. Nuestra hazaña fue una simple maniobra de distracción; fuimos utilizados. Alimentaron nuestro apetito y ahora nos van a devorar. La maldición del volcán bajará inexorable consumiendo todo lo que fuimos; sin explosión, sin ruido. Pero arrasándonos todo a su paso.


Esa montaña que adoramos, mágica y bienhechora es la que ha maldito nuestra obra. Resultó cruel y despiadada. Se ha conjurado contra nuestro triunfo. Ningún enemigo fue tan poderoso y se presume una batalla corta y cruenta. ¡Qué terrible invierno se huele ya!


Tal vez sólo nos quede mostrar nuestra legendaria dignidad; nuestra brava serenidad. Quizás sea mejor para todos, ahora que aún festejáis el haber llegado hasta aquí. Quizás sea la forma de que nazca ahora la leyenda para gozo postrero, mientras muere el proyecto, aún sin culminar. Antes de concretar la obra nacerá el mito, mientras manos asesinas correrán a lavarse en la palangana de Pilatos.


Manos limpias para ejecutar al inocente, aunque sea por encargo. Inocente por no por culpable; también inocente por imbécil e ignorante. ¡Qué esperabas! No ves que está en medio del progreso. ¿No ves que vas a morir aplastado como una mosca?


Seguiremos informando y procuraremos ser menos crìpticos en sucesivas ocasiones.

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editado por...Wladi Martín @ jueves, junio 25, 2009

1 Comentarios

At 25/6/09 23:24, Blogger ellen cavalcante said...

me encantaaa.....
ya te dije lo q pienso..
y q todo saldra bien..pa eso estamos akiiii

no dejes de escribir pq escribes muy bien..

bss

 

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