La Catedral de Justo se hace leyenda

Antes de haber sido concluida ya se conoce en todo el mundo el templo de Mejorada del Campo

Cuando todavía está incompleta, pese a que lleva más de 40 años en obras, ya se la conoce en todo el mundo. Es como una misteriosa pirámide egipcia, pero levantada por un solo hombre y no precisamente cautivo. La han mostrado una exposición en el MOMA de Nueva York y la BBC en todo el Reino Unido. Pero son pocos los vecinos de Loeches o de San Fernando que la conocen. En el resto de Madrid no se ha oído hablar de ellas, pero recibe a diario visitas, incluso de turistas orientales, que acuden a contemplarla a cientos. A su creador se le considera ejemplo entre los artistas de vanguardia españoles y, sin embargo, no tiene ni planos ni licencias
Nada menos que un prestigioso comisario suizo como Harald Szeemann fue el encargado de presentar en Valladolid “The Real Royal Trip”, una exposición que permite descubrir la el presente de los artistas españoles. Szeemann estaba presentando la muestra de arte español de vanguardia después de que hubiera pasado por el PS-1 del MOMA de Nueva York y ésta podrá contemplarse hasta el 2 de mayo en Valladolid. De este modo, la “Catedral de Justo” ha viajado a Nueva York y, también, a Valladolid, desde donde recorrerá varias ciudades españolas.
La singular edificación de Mejorada del Campo empieza a dar carácter a un municipio en el que no abundan, ni mucho menos las muestras arquitectónicas con personalidad. Mucho menos de las dimensiones de la obra del diminuto fraile y labrador, Justo Gallego, a quien, según dicen, guía su mano Dios, gracias a su fe. Su esfuerzo físico debe de ser enorme, pero no se queja y ni siquiera se refiere a él. Todo está dentro de su cabeza: su ideal que le da fuerzas; su proyecto que no consta en ningún plano; su plan de trabajo que surge espontáneamente, cada mañana.
Dentro de la obra, a la que continuamente se cuelan gentes procedentes de los más remotos confines del planeta, hay todo tipo de materiales, la mayor parte ya utilizados en otras obras e incluso en otros menesteres. Decenas de botes de encurtidos esperan a servir de molde, lo mismo que cubos, latas y otros tipos de envases se apilan con similares propósitos. Los andamios se encuentran por doquier y, al subir a los más altos, hasta los más valientes sienten el respeto del inminente vértigo. Cuando todo esté acabado y la cúpula se complete, el edificio superará los cincuenta metros de altura. Sólo la cúpula tendrá 25 metros de alto y las dos grandes torres almenadas laterales se acercarán a los 30.
Pero no basta sólo con material sobrante en otras construcciones. También se ha invertido mucho dinero en la obra. Por ese motivo, Justo Gallego acepta donaciones para poder seguir trabajando en su monumental templo en el que ejerce de peón, albañil, maestro de obras y arquitecto. No en vano trabaja solo la mayor parte del tiempo y, además, lo hace sin demasiada ayuda de maquinaria. Si alguien quiere ayudar económicamente, existe la posibilidad de hacerlo mediante ingresos en la cuenta corriente 70/10731-09 abierta en la agencia 540 del Banco Popular. El ingreso conviene hacerlo a nombre de Justo Gallego Martínez. Pero el genial arquitecto también acepta que se le donan materiales o herramientas que le puedan ser útiles para la terminación de la obra procedentes de excedentes u otras obras.
La obra la comenzó Justo hace más de 40 años, hacia 1961 según recuerda. La piensa dedicar a la Virgen del Pilar, que para eso es la Patrona de España. Con ello no teme que sus vecinos le reclamen el haberla hecho en honor de Nuestra Señora de las Angustias que es la Virgen de Mejorada. Claro, que en Mejorada del Campo sus vecinos están muy orgullosos de tener este monumento arquitectónico, pero lo cierto es que su fama ha sufrido una sublimación al trasladarse fuera del término municipal. Mientras que la BBC ha llevado la existencia de esta construcción hasta el Reino Unido y el MOMA lo ha hecho hasta los Estados Unidos, en las localidades vecinas se conoce poco la existencia de la popular catedral. Y eso pese a que el “Bassibus” lo ha incluido ya varias veces en su recorrido teatral.
En todo caso, merece la pena acercarse hasta este pequeño municipio del sudeste madrileño y preguntar por dónde se encuentra el Parque Vallejo. En uno de los extremos, el más lejano al centro comercial, se encuentra este pequeño recinto en el que cada rincón rezuma tesón y magia, en el que la fuerza del hombre ha vuelto a adquirir proporciones de hazaña, cual si se tratase de una pirámide del siglo XXI, pero levantada por una sola persona.